lunes, 26 de diciembre de 2011

Belleza


La belleza de esta cara inquieta levemente. Se nos acerca demasiado lanzándonos la atracción de su mirada. No pueden ignorarse unos ojos que miran así, con esa intensidad azul, desde no sabemos dónde. Nos sonríe con labios que sabe bellos. Una sonrisa tal vez irónica, tal vez amable o quizá amablemente irónica. Es el rostro hermoso y denso de una persona que desafía a la vida. De una mujer que pinta sobre su belleza el escudo de otra belleza que la proteja. No sabemos con qué resultado.
Alejándonos, sentimos los focos azules tras de nosotros. Dejamos otra historia a la que nos hemos asomado y de la que guardamos la imagen de lo que creemos haber visto.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Felices fiestas


El azul oscuramente luminoso nos convoca a una fiesta. Antigua y vestida con diferentes trajes tradicionales o modernos. Es el solsticio: de invierno para unos, los que vivimos en el hemisferio norte, y de verano para quienes viven en el sur.
Bajo los colores y luces de esta época del año las fiestas se superponen unas a otras, revolviendo y priorizando de forma diversa  tradiciones, países y culturas. Ni para todos es Navidad ni para todos empieza un nuevo año. Ese "traje" cultural es el nuestro, el de nuestro rincón. Un traje que aprieta a algunos y a otros les queda ancho y otros ni poseen. Pero desde multitud de lugares como éste, luces y estrellas pueden acoger a cualquiera con el vestido que tenga.
Así que desde la fiesta general del solsticio, os invitamos a juntaros a ella. La oscuridad  azulada de la imagen nos acoge a todos. Aun  a los que no celebran fiestas  pero pasan cerca y quieran unirse al calor de las voces y la música. Aun con el desconcierto que provoca la mezcla de culturas, religiones y tradiciones que recorre el planeta y el mercado que con ellas se hace.
La música suena, nuestro trozo de planeta se desnuda para adormecer y reponerse del trabajo hecho durante el año y nosotros lo celebramos. Con el vestido que queramos cada uno. Que la fiesta sea tan viva como lo que celebra.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Ida y vuelta



Podemos fijarnos en diferentes aspectos de lo que vemos, o con miradas diversas. En este caso puede resultarnos curioso constatar que en la primera imagen (de ida a) prácticamente todo son líneas rectas incluyendo las sombras. Por eso los árboles parece que tengan el pelo revuelto. Y en la segunda, (de vuelta de) la mayoría son formas onduladas, también el firme de la calzada, los troncos de los árboles y las sombras. Sólo una recta que diríamos nos dirige. Puro azar este contraste en las imágenes, para unos. O señal de algo (en el sentido de "indicio inmaterial de una cosa") para otros.
Con seguridad sabemos que, en un caso, en el amanecer que nos rodea todo parece ir desperezándose, abriendo los ojos a la luz que asoma y en el otro, vamos abriendo camino a golpe de faros en la oscuridad de una noche que da la impresión de acogernos poco a poco. Y la persona, a la ida y a la vuelta, forma parte de ese amanecer y esa oscuridad, a la vez que los atraviesa.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Un viajero


Un hombre joven en el tren. Nacido en Pakistán y camino de Francia. Lleva, como todos nosotros, su vida a cuestas. Y también como cada persona es impenetrable, un misterio para los otros. Por mucho que nos miremos, acerquemos y convivamos, es así. Más aún cuando el encuentro y el diálogo son breves. Y a  pesar, en este caso, del rostro  denso e interesante, expuesto y desnudo que parece decir tanto. Pero ¿qué? No sabemos. Querríamos, sentimos interés por lo que hace que sea como es y tenga la expresión que tiene. Nos gustaría conocer una vida que suponemos tan diferente a la nuestra. No podemos. Por eso nos dejamos atrapar por su presencia y fijamos la imagen del desconocido cuyo mundo hemos rozado inesperada y efímeramente.

lunes, 5 de diciembre de 2011

La pelu




Una fotografía cuenta también historias. Y esta serie de imágenes nos sugiere varias: La del perro que es y parece saberlo, uno de los dueños de la peluquería y parte importante de ella. De un espacio que suele ser uno de los rincones/refugio más acogedores de una ciudad. La de la mujer con la expresión relajada de quien está descansando, a cubierto,temporalmente, de obligaciones y responsabilidades con la respetable excusa de la funcionalidad estética. Nos explica también la especial relación del dálmata con quienes comparten su vida. Sólo su expresión vigilante, atenta e incluso alerta, nos dice mucho del  mundo en que se mueve, de esa peluquería a la que él y su actitud dan un cierto tono surrealista y a la historia hecha de historias, un final abierto.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Un rostro


No podríamos asegurar si la mujer que nos mira sonríe con los ojos y con todo el rostro. O si expresa una tristeza honda a través de su sonrisa. Puede ser que sus ojos nos estén expresando una cosa (¿qué?) y el resto de la cara otra... Mira, ciertamente, con amabilidad cansada.
Porque toda ella revela una fuerte mezcla de cansancio y resistencia que nos la hace cercana, difuminando el relativo exotismo que para alguien pudiera sugerir su vestido.
Es difícil que al acercarnos a una persona podamos seguir considerándola "exotica", es decir: extraña, forastera, insólita, extranjera...Es difícil no ver todo lo básico que tenemos en común. Es difícil, por ejemplo, no entender la ambigüedad sincera de esa sonrisa y no sentir la  fatiga y la fuerza que irradia esta mujer que ha hecho un descanso en su cansancio para acompañarnos.

jueves, 24 de noviembre de 2011

La sombra


Nos gustaría pensar que el pavo ha descubierto  su sombra y la observa. Es muy improbable que "sepa" lo que está viendo. ¿Ve una  forma oscura que se mueve si él lo hace? ¿Puede estar experimentando para averiguar lo que es? Quizá simplemente picotea algo. Nosotros,sí, contemplamos el pavo y lo que sabemos  es el "hueco" dibujado por el sol al chocar con su cuerpo. ¡Quién sabe! Lo que ocurre dentro de la mayoría de los seres nos es, realmente, desconocido.
Podemos admirar sin más ese fragmento azul de vida, paseando y unido a su sombra, ajeno a quien lo mira.
 

domingo, 20 de noviembre de 2011

Pueblo de cemento







¡Qué frío! Una calle desconsoladora que estremece y bloques de pisos fúnebres de los que parecen haber huido hasta los muertos o sus huesos.
Se necesita todo el amor y el dolor de quienes visitan a sus habitantes para que el desamparo y la angustia no los convierta en hielo. Aquí los muertos son más muertos y los vivos que se acercan, menos vivos. Falta tierra, falta hierba, falta aire.
Sólo el ciprés, al fondo de un recodo, tras una cruz, ayuda a escapar hacia niebla y montañas vivas.
Hay cementerios que arropan, que consuelan, que nos muestran con calma la realidad de la muerte. Los hay hasta alegres, con árboles, flores y bancos donde apetece sentarse a charlar con la ausencia de alguien.Y marchar serenamente triste.
Este pueblo de cemento y negrura sólo invita, eso, a la huida, al llanto, al miedo...

jueves, 17 de noviembre de 2011

Espejo


Las dos mujeres son imágenes para quienes las miramos. La del espejo, envuelta en luz, nos mira sin saberlo. Y, oscurecida  por la claridad que la ignora, la otra la observa y se observa.
 La cámara muestra ese juego y nos indica con su lenguaje lo que sólo nuestro cerebro, colaborando con los ojos, nos permite descifrar.
 Al intentar expresar la realidad, en cierta manera deja de serlo y se convierte en su representación. Pero, sea con la cámara, con las palabras o con cualquier otro instrumento, hay quienes consiguen que una y otra parezcan lo mismo y entendamos. Y en este caso una carnalidad buscada nos acerca a quien mira y nos aleja de una claridad enmarcada. Aunque...quién sabe. La realidad podría ser otra.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Un paseante en el parque


Sólo a través de las lágrimas o la lluvia podríamos percibir así la realidad de un parque. Y las lágrimas darían más sensación de calidez que la que nos  transmite lo que vemos. Todo rezuma agua y frío y da la impresión de que árboles, pavellón y estanque quieren escaparse entre la niebla que desciende de las nubes.
 Entrar en  este jardín tembloroso y húmedo hace que esa  niebla llegue hasta muy dentro del paseante, en forma de melancolía y misterio. Aunque melancolía y misterio son sensaciones de ese paseante. La realidad que le rodea es la de  un parque solitario en un día  lluvioso.  Es la imagen la que nos habla, con su lenguaje cifrado, no de él sino de lo que percibe y siente quien lo atraviesa y observa. Así que  quienes la miramos, vemos la imagen e imaginamos la realidad. Y viendo la imagen, imaginamos al paseante que...
 

martes, 8 de noviembre de 2011

Cuadro


Suavidad de colores y formas; difuminados luminosos  enmarcando el cuerpo sin separarse de él: es lo primero que captamos. Si miramos con más atención -y mirar es algo muy complejo- la delicadeza se va traduciendo en la fuerza y armonía de piel, músculos, huesos...todo lo que  forma el organismo del ser más complejo de nuestro pequeño mundo.
La quietud hecha del equilibrio inconcebible de infinitos movimientos podría desconcertarnos si pensáramos en ello. Y asombro sería nuestra principal emoción ante el cuerpo desnudo de una persona. Desconcierto y asombro necesitan tiempo y capacidad de descubrir lo que hay bajo colores y formas: una contradictoria solidez  que no reniega de la suavidad y delicadeza con la que se nos muestra.
 
 

domingo, 6 de noviembre de 2011

Tempus Fugit


Sentados en las márgenes del río de la prisa y de la velocidad urbana, cada uno de estos hombres lo contempla y vive a su manera: unas manos, agarradas firmemente al bastón y al banco; las del otro, diríamos que buscan apoyo mutuo, temerosas y perdidas. Una expresión atenta al agua que corre turbia y revuelta; la otra, indecisa, sin saber qué hacer ante ella.
Aunque quizá sean simplemente dos hombres que descansan. Y quizá también , sin saberlo pero sintiéndolo, ese descanso lo hagan realmente  en la orilla de la corriente alocada que parece arrastrar todo y a todos. Resistiendo uno; con miedo y fatalismo el otro. Un lunes en la gran ciudad.

sábado, 29 de octubre de 2011

El camino


Bajo un cielo que a la vez cobija e inquieta, un paisaje humanizado por el trabajo. El camino parece indicarnos una dirección y las nubes y las montañas convergen, más oscuras y cambiantes, en la contraria. Un camino que se va alejando, no acercando. Aunque, en realidad, ni se aleja ni se acerca: está.
¡Cuánto nos dice, si miramos con atención, este hermoso fragmento de luces y sombras, de cielo y tierra!. Potente y a la vez tan frágil, podríamos pensar. Pero no: frágiles somos nosotros, absolutamente prescindibles en su cambiante existencia.

martes, 25 de octubre de 2011

Texturas





¿Qué mente humana sería capaz de crear un animal semejante? ¿Podría alguien imaginar una cabeza como la de  este rinoceronte? . Si no fuera por la vida que asoma por el orificio rodeado de surcos profundos, parecería una  roca más. ¿Y la piel?  El barro seco acentúa la dureza y su aspecto de coraza  haciendo de ella  un muestrario de texturas y pliegues. Una coraza de mil dibujos cuarteados que aparecen y desaparecen en profundos desfiladeros. El cuerno frontal  da la impresión de ser una prolongación de ese escudo defensivo, una parte más de esa piel desnuda y rígida...

Pero, según algunas hipótesis -contradictorios humanos-, este impresionante  y rocoso mamífero está en el origen del mito del grácil unicornio. ¡Quién sabe lo que vieron los antiguos griegos -que  están en el origen de la formación  del mito-, en tierras indias!

miércoles, 19 de octubre de 2011

Heliocentrismo


Aunque el parasol sea el centro aparente de la imagen, en realidad lo es la luz solar. Una luz que ilumina y desdobla en sombras las varias historias que por unos momentos comparten calma y contemplación. El mar  absorbe y refleja miradas y  esa  luz  que le da profundidad y movimiento.
 La escena, vista desde fuera, es al mismo tiempo íntima y abierta; banal y asombrosa. Como también puede decirse que es banal y asombroso el mundo del que forma parte. Tan pequeño para lo que llamamos Universo (?) y tan único  para nosotros.

jueves, 13 de octubre de 2011

Cautivo



Quizá no sepamos qué  grado de consciencia tiene este ser con el que intercambiamos miradas. Pero no podemos dudar de que "siente" y esto nos causa un  desasosiego que transforma el zoo en cárcel y a él en cautivo. Demasiado cercano a nosotros como para sentirnos inocentes mientras lo observamos. Quizá también nos preguntemos cómo hasta ahora nuestra propia consciencia nos permitía una visión tan superficial de la vida y los vivientes. La pérdida de  inocencia convierte la observación del animal en algo indiscreto y a la vez perturbadoramente fascinante. Por eso su  imagen entre cuerdas engañosamente lúdicas se fija en la retina y en la cámara mientras casi huimos.

jueves, 6 de octubre de 2011

Entre polvo blanco







La palabra persona  significaba en latín "máscara de actor". La cara de este hombre parece recordárnoslo. Es una "máscara" trabajada con dureza a lo largo de años. Hecha de materiales diversos y de diferente textura. Los ojos asoman cautelosos y densos de vida. 
Fugazmente, como en un descuido, se insinúa una sonrisa que se cierra, concentrándose  de nuevo todo él en la mirada, esta vez alerta. La ciudad-selva no es un lugar seguro. Quizá en su refugio, si lo tiene,  sea otra su "máscara", sea otra su mirada, sea otra persona.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Oro


En el taller, el serrín se acumula.  Es "el oro de la empresa", afirman los trabajadores. Cierto, pero más cálido , más carnoso, menos brillante. Casi se siente el olor en la foto. Y el  taller, como los huertos, como las masías reconvertidas en restaurantes o bibliotecas nos dicen que el pasado  en este lugar se ha ido convirtiendo en  presente, sin perderse del todo. Porque La  Clota, este barrio/pueblo  "escondido" entre Guinardó, Carmelo y Nou Barris, tiene un  pasado rural  visible en muchas de sus calles:  antiguos lavaderos y  pozos;  masías, mansiones y casas bajas  -algunas con huertos-.Y es que dentro de Barcelona existen aún bastantes rincones lejos de la riada uniformadora.Y eso la salva.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Tendida


Mujer, balcón, cables, tendedero, toallas vivas. Interior oscurecido que se asoma o se refugia. No es un símbolo. Es una mujer que mira no se sabe qué o a quién. Parece que toda ella se haya dejado caer un instante en esa mirada. Una vida única, como todas, aunque desconocida para quien por un momento la observa mientras pasea. La mujer, el balcón, El Raval, Barcelona...