domingo, 28 de abril de 2013

Paisaje casi mineral



 Músculos poderosos y pelaje que da la impresión de salirse de la imagen. Un caballo. Real, vivo, potente...tanto que podría parecernos un ser fantástico, imaginario. Pero no: ninguna de nuestras fantasías puede superar lo existente, la realidad. Podemos combinar de diferentes maneras fragmentos de ella para convencernos de que nuestras quimeras son algo nuevo, algo que hemos creado. 
Inmovil, la cabeza enmarcada por crines blancas, se perfila ante un paisaje casi mineral, punteado levemente de amarillo y  pinceladas verdes. ¿Mira? ¿Piensa? ¿Descansa? Quizá esté, simplemente. Pura vida.
 

domingo, 31 de marzo de 2013

Cruce



Un cruce de calles, jardines...día frío empapado de agua en forma de nube, de nieve y de hielo. No es un lugar exótico, al menos para nosotros, y sin embargo, la mirada se queda enroscada entre las ramas del árbol de agua. Sentimos en los ojos el frío seco y blanco que se va adentrando en el cuerpo. Olemos el silencio de los flecos de nieve y nos deslumbra tenuemente la luz que rebota entre nubes y árboles.
La Naturaleza nos deslumbra siempre, en paisajes infinitos o en rincones tras cualquier curva de un camino. No siempre es amable y por ello construimos refugios donde, a veces, resguardarnos de ella: de este mismo frío, de esta misma luz que nos hiela.

martes, 26 de marzo de 2013

Reflejo y materia


Reflejo y materia que lo transforma. Cielo y agua -imagen que se rompe insinuando formas movedizas y fugaces-. Un paisaje humanizado cuya aparente quietud va desapareciendo a medida que nos adentramos en él: es puro movimiento y cambio.
Entre luces y sombras, nubes y agua, por unos momentos nos envuelve el sosiego.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Una escena


El hombre se peina, tranquilo, en la calle que es quizá también su casa. No utiliza un peine de bolsillo. Demasiado grande. ¿Llevará una bolsa con sus pertenencias? Hasta es posible que tenga un rincon-armario en el hueco de alguna pared para dejar sus cosas...
Una historia de la que no conocemos el principio ni el final, ni siquiera un capítulo entero sino sólo una escena, por expresiva que sea, nos suele resultar desasosegante. Despierta nuestro interés y nos provoca preguntas que sabemos sin respuesta.
Así que sólo una calle, alguien sin rostro ante un reflejo que le permite adecentarse. No podemos saber más porque esa cabeza, ese brazo, ese peine, pertenecen a la breve escena que captamos de una historia que desconocemos.
 

lunes, 25 de febrero de 2013

Antagonismo


Quisiéramos poner nombre a la persona que nos observa. No hacerlo la convierte en una genérica "mujer" que la despersonaliza. Pero no podemos.
 Nosotros también la miramos y vemos un rostro denso enmarcado por un extraño triángulo decorativo. La expresión de cada ojo es diferente, casi antagónica. Uno de ellos parece hablarnos de rendición; el otro, de resistencia. Vamos ampliando la imagen para acercarnos y poco a poco esa diferencia expresiva se difumina entre los paréntesis de párpados y ojeras.
La cara, que está preparada para la batalla diaria con inofensivos adornos guerreros, se cierra en una boca apretada que sin pretenderlo habla...

viernes, 1 de febrero de 2013

Pentagrama


Cables...Podrían "ensuciar" la imagen. En cambio dibujan en el atardecer un pentagrama ampliado. En él la nota musical de la luna, tan nítida, sirve de contrapunto a las que se originan y agolpan en un hervidero de nubes.
Abajo, el suelo, adormece oyendo la música escrita en el aire. Hemos modelado el suelo pero en un instante podrían desaparecer nuestras huellas. Hemos escrito el pentagrama, pero la música no necesita escribirse en el cielo...

lunes, 28 de enero de 2013

Silencio Blanco






Se ve el silencio. Un silencio blanco, frío y acogedor al mismo tiempo. ¿Serán las formas  redondeadas de los árboles las que nos hacen sentir el paisaje nevado como una especie de refugio? El mismo cielo parece cubrirnos con  una esponjosa sábana de algodón. Y brilla, tamizada por esa sábana, la luz de la lámpara que nos quiere retener dentro de ese nido.
Si respiramos más hondo, si dejamos que la piel nos hable, si nos acercamos de otra manera, los ojos ven caminar al sol con cierto esfuerzo. Notamos el aire agudo, agresivamente vivificador que nos despierta y nos hace seguir el camino que corta ese silencio blanco. Apetece caminar por él rompiéndolo en trozos de sonidos aplastados...

martes, 1 de enero de 2013

Esfuerzo



Los ojos/cerebro seleccionan  algo diferente en cada momento. Así, de la imagen de la mujer y su entorno, nos llama la atención la coincidencia de formas entre los espacios blancos en forma de V que se abren entre su pelo y los trazos de la fachada junto a la que parece deslizarse. Un conjunto de rectas y ángulos por el que se apresura el pequeño campo blanco de flores combadas como la espalda que cubren. 
Pero tras esta primera impresión, es la postura y la forma de caminar lo que atrae nuestra atención. Y más aún el pequeño fragmento de cara y toda la cabeza que arrastra al cuerpo. Esfuerzo, fragilidad, decisión...es lo que nuestros ojos y cerebro ven en este instante. La vida es el centro de la imagen.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Una Gioconda



Una Gioconda, de expresión no tan dulce como ella, atraviesa las sombras. Ampliemos la imagen de su cara: los ojos taladran lo que miran. Una mujer protagonista de su historia. 
Ella misma luz y sombra se abre camino también entre sombras y luces de la calle nocturna que insinúa sus recovecos.
La otra figura, un hombre, ¿la mira? Es difícil no hacerlo. Dos figuras solitarias que se cruzan un instante. La ciudad se va escondiendo.


miércoles, 7 de noviembre de 2012

Un seguidor


¿Hay tristeza en esa cara, en esos ojos? Miramos. Volvemos a mirar. Parece querer esconderse tras la esquina en el margen del paisaje de cemento. Pero es que volvemos a observar y ahora creemos ver a un joven que descansa, relajado, no muy lejos de la portería del campo de futbol. Contento con el escudo del club fijado en azul. Un seguidor cualquiera de un equipo.
Y, claro, no es un seguidor cualquiera. Quizá ni sea un seguidor y trabaje de alguna manera en el recinto. Y el equívoco de la imagen de una persona: mostrándola la convierte al mismo tiempo en "cualquiera", flotando ante nuestros ojos, anónima, aunque sus pies estén en el suelo y se apoye en una pared. Ser conscientes de  esa contradicción devuelve  individualidad, conciencia y mirada a quien observamos tras el objetivo.

domingo, 28 de octubre de 2012

Nubes


La aparente sencillez de la imagen nos sosiega a pesar de una cierta turbulencia de las nubes. Nubes que parecen caer sobre la sierra o nacer de ella y navegan en un cielo inestable y cambiante que es también Tierra. Por eso  podemos repetir, como tantas veces: ¡Qué hermosa es la Tierra!
Lamentamos no saber algo más de cielos y vientos porque esa ignorancia nos impide adentrarnos en su mundo, que es  el nuestro. El goce sentido queda matizado por esa consciencia de habernos quedado en la orilla de la realidad y, a pesar de ello, crece y se pasea entre árboles y nubes.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Cobre


A pesar de la negrura del fondo o precisamente por ello, una cara resplandece entre ondas de cobre. La expresión de los ojos nos dice que la sonrisa insinuada es hacia adentro, responde a un monólogo interior. Es la imagen de una joven mujer, aparentemente ajena a lo que la rodea y a quien la observa.
Miramos de nuevo y la palabra "color" estalla. Saber que esa palabra, color, nos llega desde una lejana raíz indoeuropea de la que también deriva la palabra latina que significa "ocultar" (celare), nos hace quedarnos por un tiempo absortos en lo que oculta y a la vez expresa la policromía que desgarra la oscuridad.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Subsuelo



A veces puede ocurrirnos por ejemplo, como hoy: caminando por el subsuelo, gota en la corriente que recorre cauces sinuosos, una mirada azul  nos detiene y, por unos momentos nos sosiega.  Un instante sólo porque un afluente hecho de miradas oscuras vuelve a agitarnos. Como agitados son los rictus y movimientos de la mujer que busca la corriente de otro río.
 Y ya en nuestro refugio, al abrir un libro, encontrar -sabemos que las coincidencias existen- precisamente los versos de C. Martín Gaite: "Se me ha gastado el día/ atropelladamente/ en idas y venidas,/ en gestos y recados/ que al hacerlos juzgaba necesarios.(...)/ El número equis ene de mis días/ murió de muerte necia./ Ahora lo estoy llorando/ cuando veo a las nubes/ ponerse un traje grana/ para morir también".


lunes, 10 de septiembre de 2012

Príncipes




También hay príncipes en la ciudad subterránea. Príncipes que iluminan la oscuridad y príncipes sombríos. Y príncipes desvalidos. Como los de estas imágenes. Tienen en común magnetismo y palidez; un halo de luz y sombra. Luz y sombra que probablemente creemos nosotros al querer fijarlos en ese instante en el que, huidizos, se dejan aprisionar.
 ¿Seguirán teniendo ese magnetismo, ese halo, cuando emerjan de los laberintos del subsuelo? ¿La palidez se desvanecerá tras el color  de una piel y una carne vivas? Sus movimientos serán diferentes. Tal vez dejen de ser príncipes luminosos, sombríos o desvalidos y se transformen en personas camino de sus realidades respectivas.



jueves, 30 de agosto de 2012

Rojo y verde




Rojo y verde: dos laberintos entrelazándose. Rojo que ha salpicado la cara e ilumina la piel, tan blanca. Colores fuertes enmarcando los ojos donde los dos colores se funden. Ojos cuyo misterio puede que esté en cómo se hunden en todo lo que ignoran, en lo que intuyen y en lo que saben... Son los de una mujer fuerte y frágil al mismo tiempo.
 Sabemos que la luz que se concentra en ella, la luz que desprende, la deja demasiado expuesta. Quizá pueda esconderse, intentarlo, como lo hace aquí tras los árboles. Pero asoma, con un ligerísimo esbozo de sonrisa que nos dice que conoce o intuye esa fragilidad y esa fortaleza. Para, finalmente, salir de su escondite, encuadrada en verde.
 Nos cuesta apartar la mirada de esta mujer fuego, de este misterio que captamos y proyectamos sobre ella. Abandonamos el laberinto y nos queda en la retina el blanco de sus brazos y, esta vez, el rojo de los labios.



sábado, 18 de agosto de 2012

Madamme Mouche


Las gafas y lo reflejado en ellas casi nos impiden ver su cara, así que la expresión de la boca resulta ambigua. Parece haber hecho de esos cristales su escondite, un refugio. Y desvía así las miradas hacia su buscada y personal elegancia.
 Todo en su vestuario da la impresión de haber sido elegido con cuidado y colocado de una forma y en un ángulo nada casuales. Cubriendo y luciendo al mismo tiempo su edad.
 Es la imagen de una mujer que quiere verse y mostrarse elegante. Probablemente más lo primero que lo segundo. Sentimos ante ese rostro semioculto y esa figura que tanto nos sugiere y tan contradictoria, respeto e interés. Aunque una y otra vez intentamos quitarle las gafas para poder verla realmente, para reconducir nuestra mirada hasta los ojos que oculta. La imagen no nos deja. Probablemente la mujer tampoco.

viernes, 27 de julio de 2012

Destello


La imagen desprende una luz esmeralda y dorada que baña los ojos, el pelo, las sombras en la piel; incluso la pared. ¡Qué sensación de suavidad luminosa y joven! Desearíamos creer que la belleza es una señal de bondad sin que la no-belleza pudiese no serlo.
 Ella sabe que está "posando" y aún así, el gesto de la mano como apoyándose en la pared pero sin hacerlo -casi parece una caricia- y la sonrisa insinuada en labios y ojos, le devuelven naturalidad.
Es otro de los destellos con los que de vez en cuando nos encontramos por los laberintos de la ciudad. Un destello, en este caso, que nos parece atravesar el agua que, obviamente, no existe.
 


sábado, 14 de julio de 2012

Árbol humano


¡Qué bien fumado cigarrillo y qué hermosa cabeza la de este marinero! Toda ella deshaciéndose en nubes de humo. La mano, muy nítida, sostiene lo poco que queda del cigarro, enterrado en la sonrisa de la boca, como intentando prolongar el placer que le produce..
Aunque las volutas de humo escondan parte de su cara, todo en este hombre nos transmite una especie de picardía tranquila, sabiduría y vida. Notamos que se asoma a la ventana de los ojos para vernos, saludarnos. Después sigue su camino, con el mar en la camisa...
 Bella imagen  de un antiguo y vivo árbol humano.

martes, 19 de junio de 2012

Rojo


Los ojos nos atrapan y desasosiegan. Poco a poco y con esfuerzo, nuestra atención se va deslizando hacia la insinuada semisonrisa, sólo perceptible en una de las comisuras de los labios. No sabemos por qué pero la mirada y la  sonrisa nos resultan algo inquietantes y los fuertes colores de la imagen de este hombre, sobre todo el rojo de su camisa y el negro azulado del pelo, pasan a segundo plano. Tropezamos con una pequeña mancha, también roja, en la pared y nuestra inquietud la convierte en "señal" de algo.
 ¿Nos ven esos ojos o están mirando al interlocutor telefónico? Porque es posible  también que nuestra imaginación esté jugando con realidades que desconocemos. Quizá sea una persona que defiende su privacidad al mismo tiempo que la expresión de su boca pide disculpas por ello, con la atención repartida entre nuestra presencia y la voz que le habla.
 Es posible. Sin embargo, volvemos a mirar la fotografía y seguimos sintiendo el mismo desasosiego.
 

miércoles, 13 de junio de 2012

Otra historia


En la primera y rápida ojeada creemos ver a un personaje de una película de ciencia ficción futurista. Pero al mirar con calma nos damos cuenta de que los auriculares, el peinado, las asas de la mochila... nos han confundido. Nada de película de ciencia ficción ni futurismo: es un muchacho real del mundo de ahora mismo con  su mestizaje de gentes y estilos.
 Si seguimos observando la imagen, nos resultan contradictorios el peinado y la expresión, en cierto modo desolada, de la cara. Aunque no podamos explicar el porqué de esa sensación. Una cara, además, de rasgos agradables y sensuales.
 El chico se ha vestido con esmero y algo en él nos dice que se siente lejos de su barrio. Vuelto hacia adentro, sólido e indefenso: otra historia que se nos queda por el camino, sin poder leerla.