Quisiéramos poner nombre a la persona que nos observa. No hacerlo la convierte en una genérica "mujer" que la despersonaliza. Pero no podemos.
Nosotros también la miramos y vemos un rostro denso enmarcado por un extraño triángulo decorativo. La expresión de cada ojo es diferente, casi antagónica. Uno de ellos parece hablarnos de rendición; el otro, de resistencia. Vamos ampliando la imagen para acercarnos y poco a poco esa diferencia expresiva se difumina entre los paréntesis de párpados y ojeras.
La cara, que está preparada para la batalla diaria con inofensivos adornos guerreros, se cierra en una boca apretada que sin pretenderlo habla...
Nosotros también la miramos y vemos un rostro denso enmarcado por un extraño triángulo decorativo. La expresión de cada ojo es diferente, casi antagónica. Uno de ellos parece hablarnos de rendición; el otro, de resistencia. Vamos ampliando la imagen para acercarnos y poco a poco esa diferencia expresiva se difumina entre los paréntesis de párpados y ojeras.
La cara, que está preparada para la batalla diaria con inofensivos adornos guerreros, se cierra en una boca apretada que sin pretenderlo habla...
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