miércoles, 13 de junio de 2012

Otra historia


En la primera y rápida ojeada creemos ver a un personaje de una película de ciencia ficción futurista. Pero al mirar con calma nos damos cuenta de que los auriculares, el peinado, las asas de la mochila... nos han confundido. Nada de película de ciencia ficción ni futurismo: es un muchacho real del mundo de ahora mismo con  su mestizaje de gentes y estilos.
 Si seguimos observando la imagen, nos resultan contradictorios el peinado y la expresión, en cierto modo desolada, de la cara. Aunque no podamos explicar el porqué de esa sensación. Una cara, además, de rasgos agradables y sensuales.
 El chico se ha vestido con esmero y algo en él nos dice que se siente lejos de su barrio. Vuelto hacia adentro, sólido e indefenso: otra historia que se nos queda por el camino, sin poder leerla. 

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